#1 Asegura tus zapatos nuevos
De acuerdo con el principio "más vale prevenir que curar", vale la pena proteger los zapatos blancos nuevos antes de usarlos por primera vez. Antes de pensar en salir a la calle, imprégnalas con un agente especial que les proporcione una protección eficaz contra la suciedad.
Elige una impregnación de buena calidad que evite que las manchas se absorban. La solución más conveniente es utilizar un líquido en spray. Esta forma es perfecta para tela y zapatos de lona. A su vez, para los zapatos de cuero suave, los productos que se aplican con un paño, como pastas de dientes, cremas e incluso cera de abejas, serán una mejor opción. Recuerda aplicar regularmente este remedio en tus zapatos blancos.
¡Atención! Asegúrese de que el agente antimanchas se adapte bien al material del calzado. ¡El producto equivocado puede ser contraproducente!
#2 No te demores
Recuerda que las manchas y la suciedad que quedan por mucho tiempo se vuelven más difíciles de eliminar. Si nota barro u otra suciedad en sus zapatos blancos, deshágase de ellos lo antes posible.
Al salir de casa, vale la pena llevar contigo un paquete de toallitas húmedas, que se encargarán rápidamente de la suciedad. En casa, puedes usar una esponja con unas gotas de detergente líquido.
#3 Tratar la suciedad puntualmente
Una vez que veas que tus zapatos blancos tienen un poco de suciedad, no hay necesidad de lavarlos. Aplique un práctico quitamanchas con un palillo o un rotulador. Así te desharás rápidamente de las manchas de barro o hierba y podrás volver a calzarte tus zapatillas favoritas.
#4 Remedios caseros
Uno de los remedios caseros probados para las manchas antiestéticas es la aplicación vinagre. Sumerja un paño limpio o una esponja en el vinagre, páselo por los zapatos y observe cómo las marcas y abrasiones desaparecen rápidamente.
Si tienes manchas de grasa en los zapatos, también puedes preparar una solución de agua tibia y un champú suave para bebés. Sumerja un paño limpio y húmedo en él y limpie sus zapatos.
En el caso de los zapatos de ante, será perfecto para eliminar la suciedad. Borrador. No frote las manchas con demasiada fuerza para que no se extiendan por todo el zapato. Recuerda limpiar los zapatos de ante blanco con un cepillo especial para este material después de la limpieza. Así recuperarán su textura característica.
Si no puedes deshacerte de las manchas superficiales en vano, usa... esmalte de uñas! Elige un color blanco y oculta las ralladuras en las suelas de cuero o goma de tus zapatos favoritos.
#5 Aplicar decolorante
La lejía también es excelente para las manchas en los zapatos blancos. Sin embargo, ¡no lo apliques directamente sobre los zapatos! El blanqueador sin diluir puede dejar marcas amarillas.
Por esta razón, es necesario preparar la solución. Mezcle una cucharadita de lejía con cinco cucharaditas de agua. Aplique la mezcla preparada con una esponja o un paño en las áreas sucias de los zapatos blancos. Un cepillo de dientes viejo también será útil. De esta manera, puede llegar fácilmente a lugares de difícil acceso.
Después de aplicar el decolorante, asegúrese de enjuagar los zapatos con agua tibia.
#6 No olvides tus cordones
Incluso si sus zapatos vuelven a impresionar con su blancura prístina, el resultado final no será tan impresionante si sus cordones no están tan limpios. Recuerda no lavar los zapatos junto con los cordones bajo ningún concepto. De esta forma se empezará a acumular suciedad en la zona de los agujeros de los cordones, lo que no lucirá muy estéticamente.
Puede limpiarlos a mano en una solución preparada de lejía, vinagre o champú para bebés.
Una solución alternativa es lavarlos con ropa blanca. Para evitar distorsiones, utilice una bolsa de lavado especial para ropa blanca. Si no tienes uno, ¡nada se pierde! Una funda de almohada funcionará igual de bien.
#7 Acelera el proceso de secado
Como tus zapatos vuelven a ser blancos como la nieve, seguramente no puedes esperar para ponértelos de nuevo. Lo mejor es secar los zapatos mojados al aire libre.
¡Atención! Evite el contacto directo con la luz solar. El sol puede hacer que las suelas de goma de tus zapatos se vuelvan amarillas.
Para acelerar el proceso de secado, recomendamos poner periódicos viejos o toallas de papel en los zapatos. De esta manera, el exceso de humedad se absorberá mucho más rápido.
Recuerda no meter los zapatos blancos en la lavadora bajo ningún concepto. Incluso el ciclo de lavado más suave es demasiado arriesgado y puede hacer que tus zapatos se vuelvan amarillos. Además, la lavadora puede dañar el material de los zapatos e incluso hacer que se encojan. Lo mejor es apegarse a los métodos probados y limpiar manualmente tus zapatos favoritos. ¡Estamos seguros de que los métodos discutidos en este artículo lo ayudarán con esto!